jueves, 19 de julio de 2012

Día 15: Vamos a salir de aquí, pero no te choques con el espejo...


El día comenzó, como el resto, con el despertar matutino de un amanecer prematuro.
Parecía un día soleado, por lo que las chicas nos dispusimos a ir al mercadillo, mientras que los chicos aprovechaban las horas de sueño al extremo. Ya estábamos a medio camino del mercadillo cuando lo oímos: un gran relámpago.  Y empezó a diluviar, pero no os imagináis de qué manera. El diluvio universal parecía una llovizna de na’ en comparación.

Pues nada, no nos quedó otra que huir al techo más cercano y esperar, cantando canciones Disney. Y entonces, tras una media hora o más, pareció descender la fuerza con que llovía. Decidimos salir... pero ilusas de nosotras, tras otro relámpago, comenzó a llover con más y más fuerza, y nos pilló en medio de un puente, sin lugar en el que cobijarse cerca de él. Así que nos tocó correr bajo la lluvia, hasta llegar a una cabina ¿Y lo peor de todo sabéis qué fue? ¡¡Que los coches que pasaban a nuestro lado disfrutaron empapándonos siempre que había un charco cerca de la arena!!

Estábamos tan empapadas que ya nos daba igual mojarnos más, así que nos fuimos a comprar la comida del día.
La iglesia de Vysehrad

Al salir del supermercado hacía un sol espléndido.

A la vuelta al albergue nos encontramos con los chicos, los cuales fueron más eficaces y  salieron junto con el sol.

Así que nos quitamos la ropa mojada, la tendimos y nos metimos cual oruguitas en nuestros calentitos sacos. En ese momento se nos acercaron unos chicos a conversar, muy majos ellos. Eran unos ingleses llamados Zac y Ben, y con ellos viajaba un cerdito de peluche. Estuvimos largo y tendido hablando, hasta que nos dieron sus facebooks y esas cosas.

Luego nos reunimos con los chicos en el edificio de los “bailarines” para subir al cementerio Vysehrad , plagado de leyendas y cabe decir que merece la pena verlo, nunca había visto tumbas tan… curiosas. No hicimos fotos  por respeto.

Y tras buscar símbolos iluminati y templarios por todo el cementerio, lo perfecto para crear un bestseller, bajamos hacia el albergue para subir otra colina.

En la cima de la colina de al lado del albergue vimos un laberinto de espejos,  espejos que deforman y más cosas de espejos (por 2 €). Luego los chicos fueron al observatorio mientras que nosotras nos metimos en “La Gruta Mágica”, una galería de arte todo sobre fantasía y etc, muy bonito todo, e incluso… ¡¡conocimos al pintor!!

Y luego volvimos al albergue mientras los chicos seguían en el observatorio. Tras esto fuimos a cenar comida basura, mientras que los chicos buscaron un sitio de comida tradicional, pero no les dejaron entrar porque era muy tarde.



Y ya está. No entro en detalles porque escribir tanto es un rollo.

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