miércoles, 8 de agosto de 2012

Día 22 : Tomémonos un respiro

¡Hola interraileros desesperados!

Retransmitimos nuestro día 22 del viaje, el tercero que las chicas pasábamos en Rotterdam y en el que nos volveríamos a encontrar con los chicos.

Para empezar, fue un día de lo más tranquilito. Como las chicas ya nos habíamos visto Rotterdam entero, no nos dimos prisa para levantarnos pronto ni para salir del albergue. A eso de las once y media salíamos para dar un paseo tranquilo por el centro con la intención de no forzar la pierna de Eri cuyo dolor iba en aumento con el paso de los días.

Por la mañana, nos vimos las calles comerciales de Rotterdam empezando por una cuyo comienzo tenía un Papá Noel con algo de forma fálica y terminando al pie de un centro comercial. El primero que se podía considerar así después de mucho tiempo. Todo esto siguiendo la guía que nos habían dado días atrás al llegar al albergue. Y al final de esa zona comercial estaba el RotterdamInfo la única oficina turística que habíamos visto en los 3 días (sin contar la que tenía nuestro albergue) y que contenía la única tienda de souvenirs que puedes encontrar en Rotterdam. Cabe destacar que no vendían banderas, cosa que me fastidió bastante ya que no tenía bandera de Holanda.

Tras comer en un Wok baratito (no era un buffet como es típico aquí, si no que sólo vendían woks de diferentes tipos) y un helado en Mcdonalls (y así aprovecharnos de su WIFI) fuimos a una tienda que vendían cosas de segunda mano de la que salimos rápidamente porque nos daba miedo (había mucha ropa para gente mayor que parecía más antigua que nosotras). Después de eso, nos pasamos por un supermercado para comprar la cena y decidimos volver al albergue porque ya no se nos ocurría qué hacer y además que habíamos quedado con los chicos despues de mediodía y andábamos algo preocupadas porque no sabíamos nada de ellos.

Cuando llegamos al albergue, todavía no se habían pasado. Nos cargamos una película aprovechando el WIFI de la recepción y nos fuimos al dormitorio a verla. Cuando terminamos y tras escribir un poco más de nuestro futuro Best-Seller volvimos a bajar y, por fin, nos encontramos con nuestros amigos los chicos. Ya era casi la hora de cenar por lo que, un poco desaparejados, fuimos haciendo tiempo para eso. Eri, Mariano y yo jugamos un rato al billar junto con un italiano que se nos unió. Muy majo, por cierto. Después de eso, las chicas cenamos y se nos ocurrió ir a bañarnos al día siguiente, asi que preguntamos por la playa o lugar de baño a los recepcionistas quienes nos explicaron cómo llegar a un lago dónde podíamos bañarnos. Así que con un plan para el día siguiente, nos despedimos y nos fuimos a dormir.

Betsabé


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