domingo, 2 de septiembre de 2012

Día 23: ¿La playa? Vaya... vaya.

Hola interraileros, aquí Dámaris para contar de lo poco que se acuerda de este día en Rotterdam...

Pues veamos, si no recuerdo más,  nos juntamos con los chicos justo el día anterior. Ellos, que aún no habían visto Rotterdam, decidieron irse por su cuenta en bici a ver la ciudad, mientras que nosotras, que habíamos tenido una mala experiencia con la bici (bueno, realmente sólo la había tenido Eri, ya que tenía el tobillo mal y la bici era muy alta, y además funcionan diferente a las de aquí, ya que... ¡¡pedaleando hacia atrás se frena!!) decidimos ir a la playa de Rotterdam.

Yo sabía, por lo que mi hermana me había contado (ella estuvo en Rotterdam justo un mes antes que nosotros) que Rotterdam era una ciudad industrial, ya que todo lo que venía por el mar del norte se descargaba aquí. Sabía que tenía que haber una "Playa".

Pero la "playa" no era como nos lo imaginábamos, para nada. Tengo que admitir que dí mucho la tabarra para ir a bañarme, y que tuvimos que andar muuuuucho (gracias a las indicaciones de un señor to' pedo que no le entendíamos ni una mierda y se descojonó cuando nos dijo "hacia ese lado" y nosotras nos fuimos hacia el contrario... en realidad no es que no le entendiésemos, es que nos queríamos alejar de él) para que al final no me bañase.

Es que era  un lago muy bonito, pero la parte donde se bañaba la gente era muy rara. Además, el bikini me quedaba pequeño por la parte de abajo y si no tenía cuidado a la mínima se me bajaba, y claro... después de estar como 22 días sin tocar un piscina ni una playa, pos como que no me había depilado y no estaba en condiciones de que se me bajara el bikini.
Y es cierto también que había algas raras y barro que flotaba. Pero la verdad es que lo de bonito no se lo pueden quitar. Al final me metí (me obligaron), pero poquito. Pisar un suelo tan suave me daba algo de grimita.

Luego nos quedamos todas tomando el sol, que no habíamos tomado bien poco durante el interrail, ya que cuando íbamos el grupo entero no parabamos para nada. El aire de la playa se inundaba con un fuerte olor a porro y música reggae-bakala-hardcore-de todo, vamos.

Se estaba a gustito. Cuando ya no soportamos más el sol, nos volvimos hacia el albergue, y nos metimos un buen helado del McDonalds, lugar en el cual nos encontramos con un grupo de turistas hispanos. Después volvimos al alberque e intentamos ver Thor (la peli) pero entre que si no se cargaba, que los de al lado hablaban y que no sé qué, no se pudo. La íbamos a haber dejado cargando, pero no me acuerdo qué pasó (probablemente culpa mía) que la carga se fue a la mierda.

También conocimos a una chica española, de Galicia, que ahora estaba trabajando en el albergue. Hay muchos españoles moviéndose a Rotterdam y otras zonas de Holanda con esto de la crisis, por lo que nos contó.

Y mientras tanto, nuestros chicos casi se matan con la bici, por lo que volvieron antes (es que la bici de Mariano se caía a cachos, o algo de eso) y cansados de ellas.

Nada más interesante que contar de ése día, a parte que luego por la noche me puse yo malita y si no recuerdo mal Bety me ayudó...

Por culpa de estar malita dormí de pena, y con lo que nos esperó al día siguiente...




No hay comentarios:

Publicar un comentario